Hay cosas que son para enseñarlas, tu nuevo PC, el nuevo turismo, tu chalet, un reloj, una joya… ¿y la vagina por qué razón no? Evidentemente que sí. Una falda corta o una minifalda sin braguitas, ni tanga, son ideales para dar al conocer planeta a una vagina.

Si bien crea que su prostituta perfecta es una imagen irreal creada por una fantasía personal. ¡No lo es! Existen infinidad de mujeres en el planeta real y muchas de ellas se semejarán más a su mujer ideal que su ex.

Resulta difícil hacer que la vida en cama siga siendo novedosa en la mitad de tantas actividades rutinarias, pues hay quien sigue priorizando más la mesa de trabajo, y hasta el funcionamiento de la estufa.

Hola mi nombre es Laura. Soy una señorita con un rostro que desprende dulzura y mucha ternura … y igualmente soy entre las sábanas, para mí, será un auténtico placer envolverte con mi cariño y pasión, juntos, haremos de nuestra velada un instante imborrable.

Cuesta comprender la dimensión de los mitos. Pensamos que, por ser ilusorios, son inocuos. La verdad es que, aunque los mitos son falsos, sus repercusiones son reales y pueden ocasionar amargura y dolor. Uno de los papeles de la ciencia es llevar luz a los temas donde reina una obscuridad nociva.

Se trata de que pueda comprobar que no tiene ningún poder sobre ti por el hecho de ser una mujer tremendamente atrayente y que todo cuanto desee disfrutar de tu compañía, todo lo que quiera obtener de ti, deberá estar justificado y ganárselo a pulso.

El látigo. Como sucede con las zapas y fustas, el látigo es un juguete erótico para sado que no debe ser incorporado a las prácticas sexuales de la pareja si no se domina la técnica de su empleo.,

Hola tengo por nombre Raquel y soy una joven estudiante isleña que acaba de llegar a la villa de Madrid. Si deseas, puedes considerarme una scort principiante. Te puedo asegurar que sólo lo harás hasta que me pruebes. Mi fogosidad y ganas de agradarte te seducirán y te van a hacer olvidarte de todo.

Enfrente de mí coqueteaba con mis amigas u otras mujeres que estuviesen presentes, como con las sirvientas que estaban a mi servicio, se recreaba en mirarlas hasta rozarlas, se daba cuenta que yo lo veía, pero jamás le importó…, tuve la sensación de que esto le proporcionaba placer.

Los narcisistas mantienen a sus víctimas en un estado donde su amígdala está continuamente en alerta. Eventualmente, estas víctimas caen en un estado permanente de ansiedad o miedo, y la amígdala reacciona ante los más mínimos signos de abuso.